Estrecho: la historia de un clásico de la cocina de Ciudad Vieja

Cali Diemarch y Jessica Cambell transformaron su vínculo en un proyecto culinario que mantiene viva la esencia de Estrecho, combinando cocina de autor, fusión y cercanía con los comensales.

Cali Diemarch y Jessica Cambell se conocieron cocinando. Se cruzaron por primera vez en un restaurante, y aunque venían de recorridos distintos, compartían una misma sensibilidad por el producto, el detalle y el trabajo bien hecho. Aquel encuentro que les regaló la vida hace ya más de 14 años fue el punto de partida de un vínculo que hoy es mucho más que una pareja: es también un proyecto en común, un emprendimiento que lleva su impronta y que ya es parte del paisaje gastronómico de Montevideo.

“Cali empezó a trabajar un poco antes que yo, después entré, enseguida comenzamos a salir, y al tiempo nos fuimos a vivir juntos”, recuerda Jéssica.



Estrecho, el restaurante del que hoy son dueños y cocineros, tuvo desde el inicio una idea clara: hacer una cocina sincera, atenta al entorno.

Ese inicio llegó antes que esta pareja: Estrecho abrió sus puertas en Ciudad Vieja en el año 2003, sobre la peatonal Sarandí, de la mano de un francés y una uruguaya que desde el primer día plasmaron la identidad del lugar. Mucha agua pasó debajo del puente y hacia 2016 los dueños originales regresaron a Francia. Fue entonces cuando Cali y Jéssica, que ya trabajaban en el restaurante, se hicieron cargo del local, asumiendo el desafío de continuar su legado y mantener la esencia que había conquistado a los clientes.

Estrecho fue ganándose el cariño del público por su propuesta centrada en el producto y por el estilo directo, sin rodeos. Su nombre hace referencia al pequeño local original, donde una barra angosta unía cocina y salón, acortando también la distancia con los comensales. En un momento en que los restaurantes buscaban crecer en metros y en exposición, Estrecho apostaba por algo más íntimo: una cocina honesta, de estación, con menú acotado y sin pretensiones. Una barra, simplemente eso, que invitaba a ser testigo de lo que ocurría del otro lado.

Durante más de una década, ese Estrecho compacto y luminoso fue una parada habitual para quienes trabajaban o paseaban por el Centro y la Ciudad Vieja. Su cocina a la vista, sus platos cuidados y su atención cercana generaron una comunidad de clientes fieles, atraídos tanto por la calidad como por el ambiente. En 2024, Cali y Jéssica sintieron que querían más: se mudaron a unas cuadras de distancia, también sobre la peatonal Sarandí, para crecer, pero sin perder su esencia.

A pesar de que se sumó una buena cantidad de mesas, más cubiertos, personal de servicio y de cocina, el nuevo Estrecho mantiene la idea de cercanía —en la cocina, en el servicio, en el vínculo con el producto—, pero con más posibilidades: hay más espacio, más luz, mesas adentro y al aire libre, y una dinámica que le permite seguir creciendo sin perder el eje. La pareja sigue al frente, cocinando codo a codo y eligiendo cada ingrediente con atención.

La carta cambia con la estacionalidad y tiene opciones vegetarianas, carnes, pescados, sopas, arroces y postres. Hoy, la propuesta tiene un aire más asiático que en sus inicios —cuando predominaba una impronta francesa—, pero siempre desde la cocina de autor y la fusión: hay guiños a sabores latinos, técnicas variadas y platos creativos que se alejan de lo predecible. Entre los clásicos de la casa, Jéssica menciona el Pad Thai de langostinos.

En estos años, el restaurante recibió distintos reconocimientos locales e internacionales —como su inclusión en el listado de los 100 mejores restaurantes de América Latina según Latin America’s 50 Best Restaurants en 2021—, pero nunca hizo de eso una bandera. Lo suyo sigue siendo la cocina cotidiana, bien hecha, sin necesidad de alardes. 

Dirección: Peatonal Sarandi 413

Horarios: L a V de 12:00 a 16:00 Sábados de 12:30 a 16:00

Instagram: @estrecho_3.0

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